Durante mis estudios, comencé a coleccionar discos alrededor de 2007 para poder tocar y arreglar la música que tanto me conmovía en el club. Me convertí en DJ y lo sigo siendo hoy. La música electrónica me acompaña desde los años 2000 y no me imagino la vida sin música. Como DJ, literalmente tengo control sobre cómo se sentirá un club lleno de gente bailando cuando reproduzco una determinada pista o cuando pongo el mismo sonido en otro lugar. Por un lado, se trata de la selección de las pistas correctas, pero también del tiempo. En retrospectiva, no me sorprende que la música también desempeñe un papel importante en mis clases de yoga y que muchos de mis alumnos pregunten sobre mis listas de reproducción.
+ 150 ginebras
+ terraza de verano
Taquilla: Entrada libre